domingo, 4 de agosto de 2013

C de coco


Era mi última noche en aquélla ciudad.
Después de caminar tanto, me encontré con el final de la bahía. Ahí topé con un risco, donde había mucha gente; algunos pescaban, otros sólo miraban. El risco no era tan alto, pero había que escalarlo con cuidado; después de todo el mar se rompía en él, poniendo la roca muy resbalosa.
Si mal no recuerdo, había un par de cactus por ahí, puede ser. Pude subirlo, eliminando el miedo, y me sentí plena. El mar se asomaba a lo lejos, infinito, vigente. La recta que se dibujaba, mostraba donde no había tierra y sólo agua, línea que me resultaba muy pacifica. Era mar abierto.
Pensé, ¿qué habría del otro lado?, después de esa gran masa de agua.
Estaba el otro lado del mundo. Recuerdo que aunque traté de pensar qué haría conmigo misma y mi futuro; simplemente no pude, me sentí completamente embelesada por el presente. No había nada en que pensar, nunca jamás he encontrado tanta paz en mi interior. Me sentí, en la cima del mundo. El sonido del mar, la frescura; al fin estaba sólo conmigo. De algún modo había encontrado una parte de mi, que yacía en esa parte del mundo.
Después de contemplar por largo tiempo, pude recordar que debía volver a mi hotel; debía enfrentar mi porvenir, debía continuar con mi viaje. Me sentí tan ligera y despreocupada que incluso pensé en quedarme ahí a ver el amanecer. Pero algo me asentó y decidí descender de ahí prometiendo volver algún día.
Me quedaban cerca de veinticinco minutos, el metro estaría cerrado a media noche, el dinero escaseaba.
Había guardado algunos reales para obsequiar a mis amigos; sin embargo decidí darme el último obsequio.Caminando de vuelta sobre la costa, no pude resistirme. Fue entonces que saqué las brillantes monedas y me compré un coco.
Me lo saborée de tal modo que me supo delicioso.
Hoy puedo decir que contadas veces me he sentido tan feliz como aquélla noche, absolutamente satisfecha con lo que yo era. Como la niña que encuentra su caramelo perdido. Así yo, bebiendo mi coco; mientras a mi paso me despedía de esa tierra, de esa hermosa costa, sin tristeza alguna en el corazón.
C. Días de Abecedario. 
Súmate a este divertido juego!!!. Escribe durante 26 días seguidos utilizando cada una de las letras del abecedario.
Entérate mejor en : www.caminomundos.com/que-es-dias-de-abecedario/

2 comentarios:

  1. ¡Me encantó leerte! Definitivamente un escrito delicioso... te imagino mirando el mar, luego saboreando el coco... ¡Me encantan las palabras que eliges para contar tus días!

    ResponderEliminar