viernes, 18 de octubre de 2013

Veo veo: Una taza de té

Recorría en mis pensamientos, en mis recuerdos. ¿Dónde hay una taza de té? Entonces emanaron diversas ideas. De pronto se simplificaron a té, alborotadas.

El té negro del que me han hablado tantas veces y no he probado, el té Thai que algún día probaré contigo. El té de canela que me embelesa el sentido, el te de limón que a mi hermana tanto le gusta y a mi no... El té de manzanilla, que para mi, a eso solía reducirse un té. El té helado, tan simple. El té que se bebe en el Reino unido a horas estrictas, el té del que se hace ritual en países del Oriente. 

El té...hasta la palabra es bonita. Noto en ella flores sobre fondos rojos. Colores cálidos le inundan dentro mío cuando le pronuncio. Me suena a maternidad, a paz experimentada mientras se mira un hermoso paisaje. Me sabe a introspección. 

Entonces recuerdo una escena en específico. Hace unos meses, yo y mi abuelo Víctor compartimos la antecesión a una cena. Bien recuerdo, le preparé una taza de té de limón y yo bebí una taza de leche sabor fresa. Mientras escuchábamos música de paso doble, y me compartía historias de amor sobre la abuela. Lindas historias, en las que desde entonces ya declaraba su amor de forma escrita. Me contó que casi no la veía, que casí no hablaban en público; que sustanciosamente la conquistó con palabras, poesías. Era entonces, que dejaban sus cartas por debajo de una piedra, cerca de la ventana de su casa. En un pueblo pequeño, la novela se hizo realidad. Era una relación del pasado que ahora, en parte me resultó parecida a esta época. Donde las intenciones se transforman en pensamientos, éstos en acciones y luego en palabras, las que se van reduciendo a signos. Qué curioso me parece a veces el juego del tiempo, las formas de llegar al corazón de alguien,  se van simplificando repentinamente. 

Fue una taza de té, que como la mayoría son tan cortas. Viajas más, retomando el pasado o futuro mientras ésta ya está a punto de terminarse. Son como dulces pasajes, tickets cortos, billetes fugaces que nos llevan y nos traen de vuelta, hacia algún lado, hacia algún saber. 

Las tazas de té...siempre he querido comprarme un juego lindo. Seguro que cuando vaya a China encontraré uno muy tradicional. Veo veo una taza de té. Esa que comparto contigo y conmigo. Compartimos el billete? 


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4 comentarios:

  1. La historia de los abuelos! Tenés que escribir sobre ellos, me hice un montón de imágenes!!!
    Muy bueno!!!

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  2. Hey amigo!! qué bueno que te gustó. Siii hay mucho por contar acerca de ellos...;)Gracias por la lista, seguí las instrucciones y apenas si pude poner esos enlaces jajaja

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  3. Qué bonito! Parece una escena sacada de un cuento de Juan Rulfo,de un amor callado que se expresa por cartas debajo de piedras! Muchas gracias por compartir recuerdos de aquel pasado!

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    1. Hola pensadora!! de verdad?? dime qué cuento es, para que lo busque y lo lea ;)

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